Reseña: Sabor a provenza - Nina George

A veces por pura casualidad nos topamos con un libro que ni sabíamos que existía y luego dejándonos llevar por un impulso o un sexto sentido, nos lanzamos a leerlo sin pensar demasiado. En ocasiones parece que ese libro hubiera estado ahí, esperando que lo encontráramos. Si tenemos suerte nos encontramos con una joyita, como me sucedió con Sabor a provenza.

Este libro lo descubrí como consecuencia de mi adicción a Pinterest. Resulta que cada vez que entro a esa página, es una perdición para mi. Se me pasa el tiempo volando mientras miro embobada las imágenes que allí hay y es un nunca acabar. Desde hace poco comencé también a mirar portadas de libros. Entre esas portadas vi un día la de esta novela. Quedé atrapada con su nombre, su portada, sus colores, con todo. Fue como amor a primera vista.

Busque mas de ella y aunque encontré una sola reseña (muy positiva) ya estaba convencida de que tenía que leerla. Sin dudarlo me hice con la novela y ahora puedo decir que estoy muy contenta de haber seguido ese impulso porque resultó ser un libro que me enamoró. (Y si vieran mi ejemplar lo notarían porque está lleno de post its ♥)

¿Imaginan una farmacia literaria? Un sitio donde en lugar de recetarnos remedios para dolores o molestias físicas, nos receten libros para esas aflicciones del alma que ningún médico puede curar. ¿No sería maravilloso? Lo es, y Nina George lo hace realidad en esta historia. Aquí conoceremos a Jean Perdu, un hombre que pasa sus días en un bello rincón de París, frente al Sena, en su Farmacia Literaria, que se encuentra nada menos que en un barco. Sí, la farmacia literaria de Perdu se trata de un sitio acogedor y cálido en un barco que lleva atado muchos años al muelle frente al bello Sena, donde los visitantes y turistas pueden pasar y ponerse cómodos mientras miran la variedad de libros que hay allí, pudiendo incluso sentarse en alguno de los sofás mientras leen. No se trata de una simple librería, sino mas bien de un rincón en el mundo único y especial donde su dueño se toma el tiempo necesario para vender a cada cliente, el libro perfecto según las necesidades de su alma. Mal de amores, soledad, decepción, pérdidas y demás emociones son captadas por Perdu, quien sabe dar en la tecla y ofrecer el libro perfecto para curar el dolor de cada persona.
Jean Perdu vive en un edificio donde todos se conocen, como si fueran una gran familia. Todos adoran su barco y sus libros. Sus vidas son tranquilas y cómodas, sin grandes sobresaltos. Pero todo cambia cuando llega al edificio, una nueva inquilina: Catherine. Una mujer que ha sido abandonada por su marido y llega allí sin nada mas que una maleta con escasas pertenencias y sobre todo un corazón herido y lloroso.
Jean le presta a Catherine una mesa para que de a poco vaya equipando su apartamento. Pero ese simple hecho, despierta un pasado que estaba dormido y un dolor que parecía oculto vuelve a renacer con mas fuera que nunca en la vida de Perdu. Él tuvo un gran y único amor en su pasado, con una mujer casada, hasta que un día ella partió de su vida dejándole una carta. Una carta, que durante veinte años, Jean no se atrevió a leer. Hasta ahora, cuando decide hacerlo instado por Catherine. A partir de allí nada será igual. A partir de ese momento Jean se dará cuenta de que es tiempo de curarse a sí mismo. De buscar en su interior y mirar hacia dentro por primera vez luego de tanto tiempo dedicándose solamente a curar dolores ajenos.

Este libro es una caricia al alma. Es una de esas historias tan cálidas y sentidas que te tocan el corazón de un modo u otro. Para empezar nos habla de libros, y eso a cualquier lector le resulta encantador y atractivo. Leer un libro que habla de libros, y no solo te recomienda algunos, sino que su autora le pone palabras a eso que muchas veces sentimos al leer, es sumamente agradable. Por otro lado tenemos esa farmacia literaria, tan cálida, tan encantadora y acogedora. Un barco lleno de libros en la bella ciudad de París, es realmente de ensueño. Los libros tienen el poder de curar, lo sabemos muy bien quienes amamos la lectura y aquí ese poder y esa magia, que solo tienen los libros, queda plasmado por completo y se siente a través de cada palabra de la autora.

Jean, el gran protagonista de esta historia, es un personaje que me robó el corazón y unas cuantas lágrimas. Pero no en plan hombre atractivo, por el que una suspira o se derrite (aunque no niego que pase esto) sino por su humanidad, por su sufrimiento, por su fuerza, por la ternura que transmite. Es un hombre sencillo, humilde, sin grandes pretensiones. Es feliz en su farmacia literaria flotante y es el mejor en lo suyo. Tiene un don para entender a la gente, para leer sus corazones a través de la mirada y encontrar el libro perfecto para curarlos. Es una especie de doctor de almas, y su gran herramienta son los libros. Es inevitable conectar con Jean, ama los libros como cualquiera de nosotros, los idolatra, tiene sus favoritos, los cuida como si fueran hijos. Su rincón en el mundo es ese barco atado al muelle en el Sena, y aunque por fuera parece sentirse bien con su vida, por dentro está roto. Algo se rompió en él y un dolor se guardó para siempre en su corazón, cuando terminó un gran romance con el amor de su vida: Manon. Ella era una mujer casada y cuando un día se fue, Jean quedó destrozado. Pero esa carta que decide abrir luego de tanto tiempo le mueve todos sus cimientos ya que le descubre una verdad que jamás hubiera imaginado. Esto lo lleva a emprender un viaje en su barco, con el cual recorrerá distintos lugares hasta llegar a Provenza. En ese viaje se encontrará consigo mismo, con su pasado, con dolores dormidos en su corazón, se encontrará con la vida misma.

Tanto Jean como el resto de los personajes de este libro son totalmente encantadores, profundos y llenos de sentimientos. Transmiten ternura y te encariñas con ellos rápidamente como si los conocieras de siempre. Catherine a pesar de que aparece muy poco en el libro, me gustó mucho. Y respecto a ella diría que eso fue lo único que no me pareció perfecto en esta historia: me hubiese gustado conocerla mas, saber mas cosas de su vida, y sobre todo que la relación entre ella y Jean se profundizara más. Aun así, ese punto flojo no hizo que la historia me gustara menos.
Otro personaje que destaco y que me encantó, es Max. Un jóven escritor de 21 años, que se siente abrumado por el repentino éxito de su primer libro y al no saber como lidiar con ello ni con otros asuntos de su vida, decide viajar junto con Jean en su barco, sin importar el destino final. ¡Max es adorable! Realmente si tuviera que elegir uno de los dos hombres de esta historia no sé cuál sería, porque ambos, a su modo, te tocan el corazón. Y Nina George logra eso casi con todos sus personajes, así aparezcan en una sola página, cada uno está delineado con tal delicadeza y belleza que todos resultan inolvidables.

Este libro es un viaje. Un viaje que implica cambios, encuentros, momentos alegres y tristes, llantos y risas, y muchísimos sentimientos. Esto se percibe a la perfección en cada página gracias a la maravillosa escritura de Nina George. He quedado enamorada de su pluma. Es hermosa. Profunda, conmovedora, dulce y delicada, suave y fuerte a la vez, rozando lo poético. De las mejores narraciones que he leído. Además la historia tiene en todo momento unos toques de humor, que resultan una delicia y le otorgan a la novela mucha chispa y frescura.
Sin duda es un libro que para los lectores sensibles, que les gusta hurgar en la profundidad de la vida, en cuestiones sentimentales y movilizadoras, disfrutarán muchísimo. Dice mucho en sus paginas, deja muchos mensajes preciosos y al terminarlo una se siente como si hubiera viajado en ese barco. Como si hubiésemos leído esos libros de Perdu, conocido a esas personas maravillosas, y visto con nuestros propios ojos las belleza de lugares que recorren los personajes. Porque sin duda las descripciones que hace la autora de ellos, hacen agua la boca al leer y te invitan a pasear por esas calles olvidadas, por esos campos de lavandas, probando sabores exóticos y percibiendo aromas exquisitos. Un auténtico placer.

Sabor a provenza es una novela de sentimientos. Es profunda, emotiva y movilizadora. Tal como lo dice en su portada: es un viaje de vuelta a lo mejor de la vida.  A esas cosas sencillas, que están a veces al alcance de la mano, o en las personas menos pensadas; y que pueden cambiarte la vida para siempre. Leer esta novela se siente como un abrazo, como un mimo, como estar sentado en un mullido sofá al calor de una fogata durante el invierno. Una historia delicada pero profunda, suave pero conmovedora, dulce y amarga, bella y encantadora. Un libro para atesorar entre los mejores y volver a él cuando se necesite una caricia para el corazón.



En esta novela se mencionan muchos libros. Libros que recomienda el protagonista a sus clientes y sobre todo dos que me dejaron encantada pero que tristemente no existen. Uno es el libro favorito de Jean y otro es el que a él le gustaría escribir. Luces del Sur y La enciclopedia de las emociones. ♥
Además al final del libro encontramos ¡un recetario! Si, un recetario donde Jean nos recomienda muchos libros (que si existen) y nos dice para que dolor es aconsejable y cuales son sus efectos secundarios. También hay recetas de comidas típicas de los sitios que los personajes visitan en su viaje.

Puntaje: 5/5