Reseña: Semillas del ayer - V. C. Andrews

¡¡ADVERTENCIA!!
Esta reseña corresponde al cuarto libro de la saga Flores en el ático. Si no leíste los libros anteriores te recomiendo no leer esta reseña para evitar arruinarte la historia. 

Semillas del ayer nos reúne nuevamente con los grandes protagonistas de esta historia, Cathy y Chris, en el lugar donde todo comenzó: Foxworth Hall. De algún modo Andrews nos lleva al punto de inicio y lo hace repitiendo una de las mejores cosas de la saga: la narración en primera persona por parte de Cathy. Luego de leer Si hubiera espinas, con la narración de Jory y Bart, es un alivio volver a leer a Cathy. Su narración me encanta y hace que todo se sienta de una manera más intensa y agradable.

El punto de inicio de Semillas del ayer es varios años después del libro anterior, ya que Chris y Cathy tienen ahora 50 y pico de años (¡cómo crecen los chicos!) y Jory y Bart, 29 y 25 años respectivamente. Ya no hay niños, todos están bastante crecidos, pero no por eso desaparecen los conflictos y dramas. Por otro lado está Cindy, en plena adolescencia, y a ellos se suman otros personajes secundarios que tendrás bastante importancia a lo largo del libro.

El escenario...
El escenario principal, y donde todo transcurre, en esta última entrega de la saga es Foxworth Hall. Como dije: volvemos donde todo comenzó, y Andrews lo hace recuperando las sensaciones de esa vieja mansión, de numerosas habitaciones, corrientes de aire que parecen susurrar y silencios que erizan la piel. En cierta forma me resultó extraño que Cathy y Chris accedieran a regresar a ese lugar que tanto los marcó, pero entendí porqué lo hacen: necesitan cerrar heridas y volver a empezar.

La narración...
Este libro, al igual que los anteriores (con un poco de excepción en Si hubiera espinas), me tuvo totalmente atrapada. No me canso de repetirlo: más allá de que me moleste o me agrade lo que hace Andrews con los personajes, lo que nunca desaparece en su narración es el poder de atraparte y mantenerte pegada a las páginas siempre. A esto se suma su capacidad de generarte las emociones más opuestas e intensas posibles, ya sea que odies o que ames lo que sucede, eso no hace que la historia sea menos atractiva y no reduce para nada la curiosidad por lo que va a pasar.

En Semillas del ayer sentí que la historia tenía mucha fuerza en la primera mitad, pasan muchas cosas, hay varios diálogos intensos e interesantes y es un placer volver a vivir todo desde la mirada de Cathy. Sin embargo, la segunda mitad del libro sentí que perdía un poco esa fuerza y se tornaba un poco monótona la trama, así como los diálogos. Esto no hizo que leyera con menos interés, pero no puedo negar que lo sentí.

Sobre los personajes...

En este punto tengo varias cosas para decir. Empiezo por los protagonistas y mis personajes favoritos: Cathy y Chris.

Cathy. La Cathy de Semillas del ayer es muy diferente a la Cathy de los libros anteriores, ya es una mujer adulta y demuestra, para mí, una gran madurez (en general). Me gustó mucho ver cómo fue creciendo y aprendiendo de sus errores, ya no es la chica obsesionada con la venganza, ahora demuestra que quiere vivir en paz y desea que todos aquellos que ama sean felices. No digo que deje de cometer errores, hay varias cosas en este libro que no me gustaron (especialmente de su relación con Bart), pero en general la adoré y si la quería desde antes, en este libro confirmé que me encanta como protagonista. Es imperfecta, tiene sus temores e inquietudes, quizá le falta más carácter en algunas cosas; pero si algo deja en claro es que es una gran persona y sobre todo una gran madre. En este punto creo que la autora quiso destacar el deseo de Cathy de no ser como Corrine y lo logró.


Chris. Mi querido Chris ♥. En este final de saga, Andrews compensa un poco la ausencia de Chris en los otros libros, pero, lamentablemente, sigue estando bastante ausente durante casi toda la historia. Nuevamente extrañé su protagonismo y me hubiera gustado que tuviera mayor participación en la historia. Por otro lado tengo que mencionar algo que nunca me gustó de Chris: su falta de carácter para decir NO, y poner freno a ciertas cosas que sacan de quicio a cualquiera. Me faltó más actitud y descición de su parte, lo vi bastante flojo en su personalidad. Más allá de eso, él me robó el corazón desde el primer libro y mi cariño por su personaje no hizo más que crecer a pesar de esa falla. Quería más Chris en este libro, pero no pudo ser.

Algo que me encantó de Semillas del ayer es la relación entre Cathy y Chris. Ya no se ocultan, no hablan de pecado ni demuestran culpa por lo que sienten. Viven su relación como quieren y no dan explicaciones a nadie de ello. Amé eso ♥ Hay varios momentos muy bonitos entre ellos dos y algunas frases que son perfectas, y describen muy bien su relación.

Yo fangirleando con Cathy y Chris.

Ahora hablemos de los hijos...

Bart. Lo detesté. Su personaje me interesó en Si hubieras espinas, luego me desquició y en este libro me terminó generando un rechazo y desprecio total. Traté de entenderlo a veces, pero no pude. Es un personaje con mucha maldad, pero no es un buen malo en mi opinión. No avanza, no madura, es totalmente lineal. No es uno de esos malos que te permiten entender su maldad y justificarla. No hay nada que pueda aceptar en él, y realmente me sacó de quicio en este libro. Llegué a cansarme de sus palabras y hasta deseé que pasara a mejor vida. Es un personaje que intenta ser complejo, pero creo que Andrews no lo desarrolló bien y se quedó solo en: malo, malo, malo. Porque sí, porque no tenía nada mejor que hacer que molestar a los demás.

Mi reacción cada vez que Bart aparecía.

Spoiler Realmente esperé dos cosas de Bart, hasta el final: que cambiara o que pagara por su maldad. ¿Qué pasa? Ninguna de las dos cosas. Bueno, Andrews da a entender que cambia. Pero nunca me creí su cambio. Es un personaje tan trastornado y molesto, que me pareció totalmente absurdo que la autora decidiera hacer que fuera un hombre bueno de repente sobre el final y justo después de que pasa lo de Chris. ¿Por qué? No me creí para nada su "perdón" y yo no lo perdoné nunca a él. Te odio Bart. ¡Te odio! Es el típico personaje que no vive ni deja vivir. De hecho me hubiera resultado más creíble que siguiera siendo "malo". Fin spoiler.

Jory. Jory es lo opuesto a Bart y, en consecuencia, me hizo tomarle más cariño todavía del que ya tenía por él. Es un personaje que sin ser fantástico ni grandioso, te toca el corazón y te conquista. Es, dentro de toda la familia, uno de los más sensatos. Es cierto que lo sentí bastante sumiso y hasta algo "bobo" por aceptar ciertas cosas sin rechistar, pero más allá de eso me encantó. En este libro, además, sufre y mucho. Al pobre le pasa de todo, pero es fuerte y lo demuestra. Me gustó mucho Jory y hasta llegué a sentir una especie de cariño amoroso por él (♥). Además me hizo emocionar bastante.

Spoiler Mención especial para uno de los personajes más estúpidos del libro: Melodie. Definitivamente no hay nada que rescate de ella, es egoísta, superficial y hueca. Lo que le hace a Jory no tiene perdón y mucho menos lo que hace con Bart. No se puede justificar de ninguna forma. Lo mejor que pudo hacer Andrews es hacerla huir como una rata cobarde. Como lo que es. Fin spoiler.

Cindy. Me cayó bien al comienzo, es como un soplo de aire fresco para Foxworth Hall pero me terminó cansando hacia el final. Es demasiado adolescente, demasiado hormonal, bastante histérica y bastante insoportable. Creo que habiendo sido criada por  Chris y Cathy podría ser mejor personaje de lo que es, no es mala, pero es desquiciante. No aporta mucho a la historia, es más una molestia y no me terminó de gustar nunca.

Joel. Spoiler ¡Qué viejo más insoportable! ¡Y qué personaje más molesto e innecesario! Lo único que hace en todo el libro es mirar con cara de loco a todos y murmurar cosas sobre el pecado y la perdición de las almas. Es realmente insoportable y aunque entiendo que Andrews lo añadiera para dar cierto "soporte" a las actitudes de Bart, me pareció un hombre de lo más patético y MOLESTO. Nunca se desarrolló bien su personaje ni se aprovecho, al menos, su presencia. No sirve para nada, excepto para molestar. Y lo que más me molestó fue que saliera limpio de todo lo que pasa, nunca paga por lo que hace, nunca nadie le pone los puntos, nunca recibe lo que merece. Tenía que sufrir, y nada... se va como si nada. Muy mal ahí Andrews. Fin spoiler.

El final...

Ay. Siempre les tengo miedo a los finales de saga. Creo que pueden llenarte de dulce para toda la vida o pueden romperte el corazón, también para toda la vida. ¿Qué me pasó en este caso? Un poco de las dos cosas. Tenía mucho miedo de terminar la saga porque conociendo los finales de los libros anteriores y la tendencia de Andrews a poner todo el drama y la adrenalina juntas en las últimas páginas, no sabía qué esperar. En cierto momento incluso imaginé algo que podía llegar a pasar y me dije a mí misma que si pasaba eso me moría. Y pasó. Y me morí y lloré como una condenada a muerte (las últimas páginas las leí tras una cascada de lágrimas).

Algo así y un poco más. Un final épico.

El final de Semillas del ayer es sublime y terrible al mismo tiempo. Cierta parte del final me pareció inmejorable, excelente; y otra parte me destrozó y me pareció muy muy injusta.
Es un final que no deja a nadie indiferente y te marca. Eso si, no es el final típico al que nos tiene acostumbrados Andrews: con bombos y platillos. Al contrario, es el final más "tranquilo" y silencioso de todos, pero es, al mismo tiempo, el más arrollador de sentimientos y el más emotivo. Un final horriblemente hermoso. Me dejó mal, muy mal. Pero ese "mal" masoquista que, pasados los días, agradecés (?).

No podía faltar así que ---- Spoiler (¡¡¡no lo leas si no leíste el libro!!!) 

¿Por qué Andrews? ¿Por qué lo tenías que matar a Chris así? ¡¡¡¿Así?!!! Me rompió el corazón enormemente que la autora decidiera darle ese final al personaje de Chris. No se imaginan el dolor que sentí: me pareció totalmente injusto que su vida terminara de esa forma, no merecía eso para nada. En parte lo imaginé y pensé que podía pasar, pero lo negaba. Y cuando pasó: leí esas páginas en un estado total de negación sin querer aceptarlo. No lo acepté y nunca voy a aceptar que decidiera poner fin a la vida de Chris de la misma manera que murió el padre de ellos. Mi lado romántico esperaba, POR FIN, un vivieron felices por siempre. Pero no. Solo me queda el alivio de que vivieron muchos años de amor con Cathy, pero merecían envejecer juntos. No te lo perdono Andrews. 

Leo representa bien mi reacción leyendo las últimas páginas.

Luego lo de Cathy: eso me pareció inmejorable. El hecho de que su vida terminara en el ático fue.... ¡sublime! Que todo terminara en el punto donde empezó me puso la piel de gallina y me emocionó tanto pero tanto. Las últimas palabras de Cathy fueron perfectas (quitando lo que dice de Bart) y me estrujaron el corazón hasta dejarlo tirado en el piso. Entendí que le diera ese final a Cathy y me pareció perfecto. Terriblemente triste pero necesario. Luego, lo de Cindy y Bart fue bastante patético, nunca me creí el cambio de Bart. Y el futuro de Jory fue bonito aunque quizá quedó algo tirado de los pelos porque pasa rápido. Quedan, en ese aspecto, varias cositas un poco sueltas para mi gusto, pero más allá de eso todo cierra bastante bien. 

Fin spoiler.

Celes leyendo las últimas palabras del libro.

Semillas del ayer, sin parecerme perfecto y a pesar de haberme roto el corazón, me pareció un gran libro y nunca lo voy a olvidar. Es un final de saga bastante impresionante que te hace sentir de todo y emociona muchísimo. Es un libro, para mí, mitad perfecto mitad injusto. Pero necesario y comprensible.

Luego de terminar esta saga solo me queda decir que la amé. Si, la amé. Porque más allá de que le encontré muchos defectos, más allá de que me hizo enojar muchísimo en varias partes de la historia, y más allá de que me rompió el corazón: me hizo SENTIR. Y es tanto lo que me hizo sentir y tanto el cariño que me hizo tomar a sus personajes que se volvió una de mis historias favoritas y estoy muy muy feliz de haberla leído. Es de lo mejor que he leído en mi vida lectora, y quiero que todos la lean (?). Gracias Andrews por esta saga y gracias por jugar con mis emociones de una manera tan dulce y terrible.

ASÍ QUEDÉ: CON EL CORAZÓN ROTO PERO LATIENDO IGUAL POR LO MUCHO QUE AMÉ ESTA SAGA.